En esta última tarea toca hablar
sobre el fraude científico. Cuando pienso en fraude científico me viene a la
cabeza la asignatura que cursé durante la carrera relacionada con la ética
profesional en la que se nos hablaba de estos temas. Y el caso que se me viene
a la cabeza es el del investigador coreano que aseguró que había conseguido
clonar por primera vez embriones humanos. Además lo publicó en una revista de
renombre como es Science. Un poco más tarde de haber publicado sus resultados y
de que toda la comunidad científica lo considerara prácticamente un héroe, se
demostró que los datos eran falsos y el propio investigador reconoció que los
había falsificado. Recuerdo que en ese momento este caso me impactó muchísimo.
No me podía creer que alguien fuese capaz de jugar con un tema de tanta importancia. Sin embargo, después de
leer los textos sobre el tema y después de haber tenido la sesión del 15 de
enero, he aprendido que existen muchos tipos de fraude científico y que no son
tan lejanos como creía. El que acabo de mencionar sería uno de los más graves.
Ya que lo que hizo este investigador es claramente mentir, falsificar datos.
Pero me he dado cuenta, en el poco tiempo que llevo en el mundo de la
investigación, que de una manera u otra mucha gente comete algo de fraude, si
lo llamamos así. Por ejemplo, los resultados negativos: cuando un experimento
nos sale mal o no va acorde con lo que buscábamos en un principio, esos datos
se guardan en un cajón y hacemos un “si
te he visto, no me acuerdo”. En cuanto a la ‘’cocina de datos’’, ¿quién no
ha quitado un par de puntos en una recta porque se le ‘’iban’’? Resulta
interesante pensar y reflexionar sobre hasta qué punto todos entramos en ese
juego de fraude científico en mayor o menor medida. Los datos que aparecen en
la entrada titulada Datos sobre malas
prácticas son muy impactantes. 1 de cada 50 científicos admite haber
falsificado o fabricado datos. Y otro dato muy interesante es que el 81% de
becarios de la Universidad de California San Diego admite que falsificaría
datos para publicar un artículo u obtener una beca. Esto demuestra la alta
competitividad y la presión por publicar que existe en la comunidad científica
y que estas son las grandes razones por las que seguro se cometen muchos
de los fraudes comentados.
Me ha parecido un tema muy interesante para cerrar las sesiones de la asignatura, ya que es algo que seguro nos vamos a encontrar todos en el futuro. Habrá que reflexionar, como vimos en clase, sobre dónde está el límite de ese fraude y si estamos dispuestos a sobrepasarlo o no.
Es verdad que es un tema que no se suele comentar y que está ahí y nos va a afectar seguro, como tentación, en colegas o de otras formas, pero seguro que conviviremos con ello y mejor reflexionado.
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